Se fué el Ruffo y se acabó el Joop

Estoy en Santiago, en la Universidad Católica - habitación 906. Hace frío. Pasé ya por miles de exámenes y operaciones. Llevo la primera quimio y tres radiaciones. Es difícil perder tu independencia y hasta dormir conectada a tubos y mangueras, sin embargo lo maravilloso de este lugar es que te hacen sentir importante y digna.

Hoy me decidí a partir mi lucha dura. Me costó, pues era volver a recordar los dolorosos momentos ya vividos, pero sirve, cuando miro para atrás me siento más que nunca una luchadora.

Quiero escribir esto como un testimonio para que quien lo lea vea cuan frágiles somos, como del más brillante sol se pasa a la noche oscura, pero, recuerden que después de la noche vuelve el sol, aunque sea suave aprovéchenlo, todo los días pues a lo mejor mañana no existe.

Yo he sido una mujer de mucha suerte. Hice lo que quería: estudiar, amar, formar familia, tener padres maravillosos, una hermana tan distinta y tan igual en el fondo, viaje por el mundo, vi mundos modernos, conocí y aprendí de culturas milenarias. A lo mejor llego a China o India, eso lo dirá Dios. Trabajé y conocí gente muy valiosa, de todos aprendí algo, además también hubo penas y alegrías como todos, pero las alegrías las recuerdo y las penas ya las olvide.


Mañana si Dios quiere será otro día. Estoy ansiosa, el Toto está por llegar. La Paula mi única y muy querida hija, los conchitos mis muy regalones mellizos, el Maxi, el Nico y mi primogénito Alfredito, querido hijo y papá de Joaquin, lo mismo que Andreita mi querida uruguaya, están en constante contacto conmigo.

Quiero invitar a todo el que quiera participar con sus comentarios que visiten mi blog. Todos los días les contaré alguna aventura de mi vida pasada y novedades de la nueva. Les prometo que no se van ha arrepentir.

Un beso

Tatiana, socialista burguesa, generala, mamá, abuela, esposa, hija y luchadora.