Yo, la Tatiana

Nací en Punta Arenas un 8 de septiembre de 1950. Primera hija, nieta y sobrina, la chochera misma de la familia. Crecí en un maravilloso hogar con tíos, nonos, abuelos y primos. Éramos una extraña mezcla “chilenos con costumbres croatas”, o al revés nos sentíamos croatas con costumbres chilenas.

Mi ídolo fue mi nono Antonio Mikacic con quien teníamos una conexión especial. Maravillosas conversaciones de su vida de lucha y recuerdos de su tierra natal, lugar que años más tardes visité y me emocioné hasta las lágrimas.

Lo recuerdo, en ese invernadero con un exquisito aroma de tomates y lechugas que el amarraba y plantaba una por una con su pobre espalda doblada y haciendo equilibrio en un tablón, mientras cargaba carbón a la caldera para que el frío hielo no matara sus plantas.

Colegio yugoslavo - liceo de niñas y el salto a Viña a la Universidad Católica donde estudié agronomía. En esa época conocí a mi compañero de alma, de ruta, de vida, de familia, en resumen todo, el Toto con quien formamos una familia de cuatro hijos, y pasamos a ser los Marchant Riveros.

La vida se veía color de rosa: nació nuestro primer nieto, la joya de la familia Joaquín Ignacio. Sueños de viajes con él y los hijos, reuniones familiares, e ir acostumbrándonos al nido vacío, pues los hijos ya están tomando sus rumbos de vida, profesionales buscando su camino propio, siempre pensando en seguir estudiando.

Grandes sueños: este año crucero al cabo de hornos en Septiembre, el próximo año China, India, etc.

Trabajé como agrónomo paisajista durante diez años, y luego en ventas más de doce. Me gusta estudiar, conversar y como dicen mis colegas colgarme alguna de las joyas que me regala el Toto. Me denominan socialista burguesa, la historia dirá la última palabra, pero por sobre todo soy una luchadora.